LinkedIn, una gran decepción | Proyecto #SocialMedia615
El proyecto #SocialMedia615 tiene como objetivo ir más allá de lecturas y superar la experiencia superficial diaria para ver realmente cómo se interactúa en una red social. La clave es la limitación de no poder utilizar ninguna más durante 6 días. En esta primera fase, desde el punto de vista de una marca personal, la mía. Linkedin ha sido la primera -terminaron ayer los 6 días- y lo resumiría como una gran decepción. Sobre esta red social, estaba convencido de que con más tiempo podía sacarle más rendimiento. Nada de eso. Linkedin tiene un problema muy grave: la mayoría de los usuarios la consideran -sólo- una red social de conexión; y punto. No la ven como un espacio de interacción y conversación.
El muro es un reguero de conexiones y, lo más llamativo, publicaciones de contenidos de calidad -mucha- que apenas consiguen un par de recomendaciones; eso en el caso, incluso, de usuarios con miles de contactos. Yo empecé el martes con 658 contactos y ahora tengo 673. La mayoría los he solicitado yo mismo.
Durante los 6 días he intentado desarrollar una actividad intensa (compartir contenidos, recomendar los de otros, mencionar a usuarios, comentar otras publicaciones, publicar en grupos...) con la que no he obtenido prácticamente feedback. Por eso, me he centrado en optimizar mi perfil con fotos nuevas, un extracto renovado, la edición mejorada de mi experiencia profesional... Acaso los contenidos que he compartido no son interesantes, podría preguntarme. Pero es que las publicaciones de todo un gurú como Guy Kawasaki (su perfil alcanza los 1.466.000 seguidores) no llegan a veces ni a las 100 recomendaciones.
3 perfiles básicos de empresarios que contratan community managers
Cada día tenemos la oportunidad de leer posts que hablan sobre los diferentes perfiles de community manager que existen. Incluso desde un punto de vista psicológico. Sin embargo, muy pocas veces podemos conocer el comportamiento de la otra parte, es
Apuntes que olerán siempre a hamburguesa
Ayer por la tarde puse punto y final al Máster. Han sido nueve meses muy intesos, de una exigencia grande y con momentos dubitativos. Recuerdo ahora que los primeros apuntes los leí en el avión con el que volé de Barcelona